Para evangelizar, los cristianos no están llamados a argumentar sino a ser mansos como ovejas
Por Justin McLellan, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Los cristianos no están llamados a "argumentar, contraatacar y defendernos" al evangelizar, sino a ser mansos y humildes, dijo el Papa Francisco.
En su audiencia general del 15 de febrero, el Papa continuó su serie de catequesis sobre la evangelización y el celo apostólico.
El Papa dijo que los cristianos a menudo piensan que "llegamos a ser relevantes, numerosos, prestigiosos y el mundo nos escuchará y nos respetará" si evangelizan con fuerza. En cambio, dijo, Cristo pide a sus seguidores que sean "ovejas en medio de lobos", protegidos por Dios y marcados por la "mansedumbre, inocencia, entrega".
El llamado de cada cristiano a evangelizar surge de un encuentro personal con Cristo tal como lo tuvieron los discípulos, explicó el Papa Francisco.
"Evangelizar no es decir: 'Mira, bla bla bla' y nada más", dijo el Papa mientras agitaba la mano para transmitir la idea de un discurso incoherente. Requiere "una pasión que te involucra completamente: la mente, el corazón, las manos, los pies… todo, toda la persona está involucrada con la proclamación del Evangelio".
Al abordar las obligaciones aparentemente contradictorias de los discípulos de estar cerca de Jesús y salir a compartir su mensaje, el Papa dijo que los dos elementos del discipulado van juntos, ya que "sin misión la relación con Jesús no crece".
Proclamar el Evangelio a los demás comienza con haber encontrado a Jesús, dijo. No se puede compartir la luz de Cristo sin antes experimentarla.
Pero, prosiguió el Papa, "seguir a Cristo no es un hecho intimista: sin anuncio, sin servicio, sin misión la relación con él no crece".
"Así se anuncia (el Evangelio)", dijo el Papa, "mostrando a Jesús más que hablando de Jesús".
El Papa Francisco también señaló que, al predicar el Evangelio, "a menudo invitamos a la gente a hacer algo" en lugar de centrarnos en comunicar el "mensaje principal" del Evangelio de la cercanía de Dios a su pueblo. Instó a los cristianos a comunicar "la realidad de Dios", como "el cercano, el tierno, el misericordioso" a través de sus vidas y acciones.
Y así como Jesús envió a sus discípulos de dos en dos o en grupos, los cristianos no están destinados a estar solos en sus misiones, dijo; deben avanzar juntos, confiando en el apoyo mutuo en lugar de la atención o las recompensas mundanas.