CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- Los cristianos deben reconocer la realidad del demonio que actúa a su alrededor y permanecer firmes en resistir sus tentaciones, dijo el Papa Francisco.
"¡Nunca dialoguen con el diablo!", dijo el Papa a los visitantes en su audiencia general del 25 de septiembre. "Cuando venga con tentaciones: ‘pero estaría bien esto, estaría bien lo otro…’, ¡detente! Eleva tu corazón al Señor, reza a la Virgen y expúlsalo como Jesús nos enseñó a expulsarlo".
Después de cancelar sus citas programadas el 23 de septiembre debido a lo que el Vaticano describió como un "estado gripal leve", el Papa Francisco celebró su audiencia general al aire libre como estaba previsto. Recorrió la Plaza de San Pedro en el papamóvil para saludar a los fieles y estrechó la mano de obispos y otras personas después de su discurso.
A pesar de algunas toses, pronunció su discurso sin problemas e incluyó varios comentarios improvisados. A la mañana siguiente tenía previsto partir para un viaje de cuatro días a Luxemburgo y Bélgica.
Reflexionando sobre la lectura del Evangelio de San Mateo en la que Jesús es llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado por el diablo, el Papa Francisco señaló que la tecnología moderna, además de sus elementos positivos, proporciona "innumerables medios para ‘dar oportunidades al diablo’" para entrar en la vida de las personas, "y muchos caen en la trampa".
"Pensemos en la pornografía en Internet, detrás de la cual hay un mercado muy floreciente, todos lo sabemos. Ahí trabaja el diablo. Se trata de un fenómeno fuertemente extendido del que los cristianos deben precaverse y que deben rechazar enérgicamente", dijo. "Cualquier teléfono móvil tiene acceso a esta brutalidad, a este lenguaje del diablo: la pornografía en línea".
El Papa dijo que la sociedad contemporánea es testigo de "un extraño fenómeno relacionado con el diablo", ya que "en un cierto nivel cultural, se cree que sencillamente no existe".
En lugar de ser entendido como un agente real de la actividad diabólica, el diablo hoy en día es a menudo visto como una "metáfora" y entra en la vida de las personas a través de la "superstición", como se refleja en el mundo secularizado "repleto de magos, ocultismo, espiritismo, astrólogos, vendedores de amuletos y hechizos y, por desgracia, de verdaderas sectas satánicas".
Sin embargo, "la prueba más fuerte de la existencia de Satanás no se encuentra en los pecadores ni en los posesos, sino en los santos", afirmó. "Es en la vida de los santos, precisamente ahí, donde el demonio se ve obligado a salir al descubierto, a ponerse 'a contraluz'".
Todos los santos dan testimonio en algún grado de su lucha con el demonio, dijo el Papa, "y no se puede suponer honestamente que todos ellos fueran unos ilusos o meras víctimas de los prejuicios de su época".
Animó a los cristianos a fijarse en el ejemplo de Jesús para resistir a la tentación como él lo hizo, "a golpes de la palabra de Dios" y siendo firmes en mantener las distancias con el demonio.
"Ya ven que Jesús no dialoga con el diablo, nunca lo hizo. Lo expulsa o lo condena, pero nunca dialoga. Y en el desierto no responde con sus palabras, sino con la Palabra de Dios", dijo.
Acercarse al diablo, preguntarle "¿Qué tal?" es una tontería, dijo el Papa; "él te arruinará".
"Con el diablo no se dialoga. Se le expulsa. A distancia", dijo. "Y nosotros, todos nosotros, tenemos experiencia de cómo el diablo se acerca con alguna tentación, sobre los Diez Mandamientos. Cuando oigamos esto, ¡alto, distancia! No se acerquen al perro encadenado".
Tras su discurso, mientras saludaba a los peregrinos francófonos, el Papa Francisco les pidió que rezaran por su viaje a Luxemburgo y Bélgica, "para que sea ocasión de un nuevo impulso de fe en estos países".