En su audiencia general, el Papa habla de San José como un hombre justo, 'abierto y dócil a la voz del Señor'
Por Carol Glatz, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) -- San José es el modelo perfecto de la escucha del Señor y de la puesta en práctica silenciosa de su palabra y de su plan, dijo el Papa Francisco.
"José confía en Dios, acepta el sueño de Dios sobre su vida y la de su prometida. Así entra en la gracia de quien sabe vivir la promesa divina con fe, esperanza y amor", dijo el Papa el 29 de enero durante su audiencia general en el Aula de Audiencias Pablo VI.
El Papa Francisco también se dirigió a los visitantes polacos sobre el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, ofreció sus mejores deseos a los visitantes chinos y otros que celebran el Año Nuevo Lunar y abogó por el fin de la violencia en el Congo.
El Papa recordó a los muchos polacos, "que, junto con miembros de otras naciones, fueron víctimas del exterminio en los campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial".
El 27 de enero de cada año se celebra en todo el mundo el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, aniversario del día de 1945 en que las tropas soviéticas liberaron el complejo de campos de concentración de Auschwitz-Birkenau. Se calcula que 1,1 millones de los más de 6 millones de víctimas del Holocausto murieron allí.
Al recordar el aniversario, el Papa pidió a sus visitantes polacos que "sean custodios de la verdad y la memoria de esta tragedia y sus víctimas, incluidos muchos mártires cristianos".
Es un recordatorio de la necesidad de "un compromiso constante por la paz y la defensa de la dignidad de la vida humana en todas las naciones y religiones", dijo.
Al saludar a los visitantes de habla china en la sala de audiencias, el Papa expresó su deseo de que las celebraciones del Año Nuevo Lunar ofrezcan "una ocasión para vivir con mayor intensidad la experiencia de la familia y la amistad".
La festividad, el 29 de enero de este año, se celebra ampliamente en China, Corea del Sur, Vietnam y los países con un número significativo de habitantes procedentes de China.
Dirigiéndose a "queridos hermanos y hermanas de Asia Oriental y de distintas partes del mundo", ofreció sus mejores deseos para el Año Nuevo. "Que mis bendiciones os alcancen a todos, mientras invoco del Señor paz, serenidad y salud para cada uno".
El Papa también expresó su preocupación por la situación en el Congo, que también ha visto manifestaciones violentas en la capital, Kinshasa, en protesta por la falta de intervención de la comunidad internacional en relación con el mortal conflicto de Goma.
"Insto a todas las partes en conflicto a que se comprometan al cese de las hostilidades y a la protección de la población civil de Goma y de otras zonas afectadas por las operaciones militares", dijo el Papa en la audiencia, añadiendo un llamamiento para poner fin también a la violencia en la capital.
"Mientras rezo por el rápido restablecimiento de la paz y la seguridad, pido a las autoridades locales y a la comunidad internacional su pleno esfuerzo para resolver el conflicto por medios pacíficos", dijo.
En su discurso principal, el Papa habló de San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús, como parte de su serie de catequesis sobre "Jesucristo, nuestra esperanza", que es el tema de su catequesis semanal durante todo el Año Jubilar.
Cuando José descubrió el embarazo de María, dijo, "su amor es duramente puesto a prueba". En lugar de poner fin a su compromiso, lo que habría sido permitido por la ley, "José actúa ponderadamente: no se deja vencer por sentimientos instintivos ni teme llevarse a María con él, sino que prefiere dejarse guiar por la sabiduría divina".
"Mateo define a José como un hombre ‘justo’, un hombre que vive según la Ley del Señor", dijo, y es "abierto y dócil a la voz del Señor".
"Sueña con el milagro que Dios realiza en la vida de María, y también con el milagro que realiza en su propia vida: asumir una paternidad capaz de custodiar, proteger y transmitir" la promesa de salvación de Dios, dijo.
"José no pide más pruebas", dijo el Papa, y acepta plenamente el plan de Dios. "José, en todo esto, no profiere palabra alguna, sino que cree, espera y ama. No habla con 'palabras al viento', sino con hechos concretos", dijo el Papa.
"Pidamos también al Señor la gracia de escuchar más de lo que hablamos, la gracia de soñar los sueños de Dios y de acoger responsablemente a Cristo que, desde el momento de nuestro bautismo, vive y crece en nuestras vidas", dijo.