WASHINGTON— El Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) emitió hoy una declaración en respuesta a los recientes escándalos de abuso sexual. En el comunicado, los obispos dicen que ellos se comprometen a “sanar y proteger con toda la fuerza que Dios nos brinda”.
Volviendo al Señor
“Cuando cada uno de nosotros fue ordenado como Obispo se nos dijo:
‘Vigila a todo el rebaño que el Espíritu Santo te ha designado para pastorear en toda la Iglesia de Dios’.
Nosotros, el Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, nos reunimos en Washington la semana pasada en este momento de vergüenza y tristeza. Algunos obispos, por sus acciones o por su falta de acción, han causado un gran daño tanto a las personas como a la Iglesia en general. Ellos han usado su autoridad y poder para manipular y abusar sexualmente de otros. Ellos han permitido que el miedo al escándalo reemplace la preocupación y el cuidado genuinos de aquellos que han sido victimizados por abusadores. Por esto, nuevamente pedimos perdón tanto al Señor como a aquellos que han sido dañados. Volviendo al Señor para obtener fortaleza, debemos hacerlo y lo haremos mejor.
El Comité Administrativo ha tomado las siguientes acciones dentro de su autoridad:
Esto es solo el comienzo. La consulta con una amplia gama de padres de familia preocupados, expertos y otros laicos junto con el clero y los religiosos proporcionará medidas adicionales y específicas que se tomarán para reparar el escándalo y restablecer la justicia. Acogemos con humildad y agradecemos la asistencia de todo el pueblo de Dios para hacernos responsables.
A medida que estas iniciativas se ponen en marcha, el Comité Administrativo invita a cada uno de nuestros hermanos obispos a unirse a nosotros en oración y reflexión personal antes de la Asamblea General en noviembre. Éste es un tiempo de profundo examen de conciencia para cada obispo. No podemos contentarnos de que nuestra respuesta al asalto sexual dentro de la Iglesia haya sido suficiente. Las escrituras deben guiarnos hacia el futuro “tomar acción con la palabra y no solo escucharla” (James 2 3:22).
En todo esto, no queremos que nadie, incluidos nosotros mismos, pierda de vista a aquellos que han sufrido por aquellos que han actuado o han fallado en actuar como lo exige el Evangelio. Para los sobrevivientes de abuso sexual, estos días pueden reabrir heridas profundas. El apoyo está disponible desde la Iglesia y dentro de la comunidad. Los Coordinadores de Asistencia a las Víctimas están disponibles en todas las diócesis para ayudarlos a encontrar recursos. Agradecemos a los cientos de personas dedicadas que, desde la adopción de la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, han estado trabajando con la Iglesia para apoyar a los sobrevivientes y evitar futuros abusos.
Cualquiera que haya sido abusado, que nunca dude en ponerse en contacto con la policía local. Si no se siente cómodo por alguna razón con la Iglesia brindando ayuda, su diócesis puede conectarlo con los servicios comunitarios apropiados. Con compasión y sin juicio, los obispos de los Estados Unidos se comprometen a sanar y proteger con cada una de las fuerzas que Dios nos brinda.
Actuando en comunión con el Santo Padre, con quien renovamos una vez más nuestro amor, obediencia y lealtad, hacemos nuestra la oración del Papa Francisco en su carta del 20 de agosto al Pueblo de Dios: “Que el Espíritu Santo nos conceda la gracia de la conversión y la unción interior necesaria para expresar ante estos crímenes de abuso nuestra compunción y nuestra determinación de valientemente combatirlos”.
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